La Organización de las Naciones Unidas empieza a recoger experiencia de desarrollo de comunidad, sobre todo bajo el impacto y la influencia de la experiencia hindú, ya que India fue el primer Estado que elaboró un Plan Nacional de Desarrollo Comunitario.
La sistematización de estas experiencias y el ordenamiento de los conceptos se hace paulatinamente en la década de los cincuenta bajo el auspicio de los organismos internacionales, al respecto Ezequiel Ander- Egg en su obra “Metodología y práctica del desarrollo de la comunidad” realiza un análisis del surgimiento y evolución de esta “técnica de acción social” como el autor la identifica . Los estudios que han devenido en “clásicos” sobre este tema aparecidos en los años cincuenta expresan intentos de sistematización conceptual desde la óptica del servicio social y que incorporan aspectos de otras disciplinas, el primero es el estudio de Murria Ross “Organización comunitaria”, recibe de la UNESCO el auspicio. Para este autor existe una unidad que sería “el proceso de organización comunitaria” que existe como un sistema peculiar de trabajo que puede usarse en una variedad de ambientes para tratar cualquier problema determinado sobre una serie de problemas.
Además de Murria hay otro estudio que ejerció influencia sobre la evolución conceptual es uno de la ONU “Formación para el servicio social, tercer estudio internacional (1958); el capítulo IV de este estudio está dedicado al desarrollo comunitario como: “un tipo de acción social” que hasta el momento había estado poco vinculado con el servicio social, en cuanto profesión; se señala que uno de sus elementos esenciales, es el de ayuda para el progreso; en la forma como la misma comunidad lo considere conveniente; el cual está en relación con el carácter democrático del método de intervención y el respeto a la autodeterminación comunitaria.
El desarrollo cultural comunitario es un proceso multidimensional, la interrelación entre variables económicas, socioculturales, políticas y administrativas es de suma importancia.
El tradicionalismo y modernización de los factores culturales de las comunidades observan una relación que les impone el ámbito histórico específico, no obstante el progreso no debe atentar, ni en velada complicidad, retardar el desarrollo. Las comunidades saben lo que quieren, adonde llegar, con qué cuentan para alcanzar sus fines, aunque no siempre encuentran los medios para alcanzarlos.
El desarrollo cultural comunitario es un proceso que expresa la capacidad que tiene la comunidad de propiciar el crecimiento de las potencialidades propias de la cultura, de conocer, conservar y divulgar el patrimonio cultural, propicia la real participación en el hecho cultural y la dialéctica de lo universal y lo local de la cultura.
La cultura de cualquier comunidad se ha adaptado a las nuevas ofertas vengan de fuera de la comunidad o como consecuencia de procesos internos, mejorar las condiciones de vida de las comunidades es un tema que no admite cuestionamiento, trasmitir a las nuevas generaciones lo esencial de la cultura, abrir y fomentar las posibilidades de participación en el desarrollo y superación de la vida en comunidad, contribuyendo a la autoestima y crecimiento de la persona, es el camino ya que acarrea beneficios a la persona y de ésta a los demás.
En el desarrollo cultural comunitario éstos son los aspectos que deben fortalecerse bajo un clima de apertura y libertad dejando que el grupo intervenga y decida.
¿Qué factores culturales obstaculizan o facilitan el desarrollo cultural comunitario?
Este aspecto de vital interés en el tema que se trata, tiene un comportamiento diferente lo que puede vincularse a las diferencias que existe entre las comunidades , no hay recetas, no obstante pueden plantearse ideas que son válidas para cualquier comunidad.
Aún cuando en Cuba la situación es ventajosa con relación al problema que puede generar el habla se incluye, pues el no tener una lengua común afecta la comunicación y el entendimiento del trasfondo simbólico que ella contiene. Los niveles de instrucción se recogen al resultar elementos que dificultan el proceso de desarrollo.
Otros factores como la religión, las costumbres y creencias muy arraigadas, el sentido de cooperación local, la resistencia al cambio, el apego a las formas arcaicas de trabajo comunitario, pueden convertirse en obstáculos para el desarrollo comunitario.
¿Cómo superar las dificultades?
El conocimiento de éstos obstáculos es el primer aspecto para ganar la batalla, la identificación de los problemas que hay que impide el desarrollo de los procesos operativos destinados a desarrollar la comunidad, permite se seleccionen las mejores alternativas para la solución de las problemáticas que presentan las comunidades en particular.
Si los comunitarios están dispuestos a participar en las acciones por encima de las dificultades que se presentan como obstáculos, es la forma en que dicha comunidad percibe e interpreta el nuevo fenómeno, que sin duda tiene que ver con la cultura.
De las dificultades que pueden afectar el desarrollo cultural se puede organizar un algoritmo que permita trabajar en la toma de conciencia de todos aquellos que tienen responsabilidades comunitarias y por lo tanto fungen como actores del proceso en el nivel comunitario.
El desarrollo cultural es un proceso de aplicación y búsqueda de soluciones locales a los problemas comunitarios, sobre la base de sus necesidades identificadas en los diagnósticos socioculturales de cada comunidad y de sus potencialidades endógenas, humanas y materiales, para la satisfacción de las necesidades culturales de cada comunidad.
De acuerdo con los razonamientos que se han venido exponiendo y en plena coincidencia con Montero (2008). “Se consideran dimensiones del desarrollo cultural: la creación o producción de bienes materiales y espirituales, la participación popular en la construcción y preservación de la cultura, la comprensión y valoración de los significados del patrimonio cultural y el fortalecimiento de la identidad cultural” .
A) Barreras y estímulos para superar las dificultades en el desarrollo cultural ciomunitario
1. Culturales
Tradiciones: Valores y actitudes
Fatalismo
Etnoculturalismo
Orgullo y dignidad
Normas
Estructura
2. Sociales
Familia y parentesco
Solidaridad de grupo
Rol y estatus
Opinión pública
Conflictos
Interés
Autoridad
Clase
3. Psicológicas
Recepción
Comunicación y lenguaje
Demostraciones
Aprendizaje
B) Estímulo para superarlas
Ascender a otro nivel o modificar algún aspecto del nivel consecuente en donde se opera, implica proponer estímulos los cuales a modo de neutralizadores permiten movilidad hacia el cambio o progreso.
Se requiere, en primer lugar, que el agente o promotor esté convencido de las bondades de sus propuestas, se comprometa con ellas y con ahínco y voluntad luchar para que se incorporen en beneficio de la comunidad, si ella las acepta.
Cabe estar lo suficientemente motivado para aceptar el tiempo que dura el proceso a que se someterá la población hasta que el resultado de toda la labor desarrollada pueda ser evaluada tanto por indicadores cuantitativos como cualitativos, se considera que puede contribuir al logro de mayores resultados la incorporación del proceso de sistematización, que ha ido ganando espacio en el trabajo sociocultural comunitario.
Suele ser útil aplicar como estrategias frente a las barreras que se oponen al cambio las siguientes:
1. Propiciar la competencia como acicate fuerte para el cambio
2. Alentar el prestigio (mostrar que se alcanza un prestigio mayor, adquiriendo o modificando ciertos símbolos visibles, como la vivienda, la salud, la carretera, los proyectos de trabajo cultural y otra)
3. Señalar las ventajas económicas, sociales y culturales que va alcanzando la comunidad (ilustrar, ejemplificar los resultados de corto y mediano plazo)
4. Conminar la amistad, la solidaridad, el sentimiento de pertenencia e identidad (para aglutinar esfuerzos desinteresados)
5. Iniciar con lo simple pasando a lo complejo (por partes no por el todo)
6. Oportunidad (determinar el momento preciso dado los acontecimientos y situación comunitaria)
7. Liderazgo (aprovechar la fogosidad de los grupos jóvenes pero también la sabiduría de los viejos)
8. Participación (buscar bajo un sentido democrático la toma de decisiones y colaboración)
9. Acuerdo (y comprensión recíproca entre el promotor, grupo de trabajo comunitario y comunidad con respecto a sus funciones)
10. Entendimiento (de todo el sistema cultural, el impacto y los beneficiarios)
No debe olvidarse que los grupos que conforman una comunidad están sometidas a dos tipos de fuerzas: Las que tratan de aceptar e incluso promover cambios y las que se aferran al conservadurismo. Estas fuerzas combaten entre sí permanentemente, intentando las primeras hacer perder terreno a las otras para terminar imponiéndoseles, y las segundas, haciendo lo posible por impedirlo.
Estas experiencias concretas sobre desarrollo y cambio en las comunidades sirven para determinar cursos de acción estratégica.
Como se corrobora en la práctica cultural una tendencia de cambio, se observa que a la larga, las fuerzas que impulsan las innovaciones, vencerán, a las que se empeñan por mantener el statu quo. Estas fuerzas se impondrán durante un período considerable y se producirán rápidas alteraciones en la naturaleza y estructura sociocultural del grupo en cuestión; luego seguirá, quizá, un período de reposo relativo en el que se aminoren las tensiones extraordinarias y el malestar ocasionado por el cambio rápido, los elementos de la cultura se reagruparán y ajustarán de nuevo en forma más armoniosa. De aquí que, en un determinado momento, la estabilidad relativa de una cultura, o su propensión al cambio, reflejará el grado de equilibrio establecido entre las fuerzas opuestas.
Las barreras y los estímulos del cambio son parte y sustancia del mismo proceso, por lo cual hay que manejarlas simultáneamente tomando en cuenta el antes, durante y después de las acciones programadas para el desarrollo de la comunidad.
Algunos ejemplos podrían ilustrar las ideas planteadas en las que se pueda observar la correlación cultura-desarrollo comunitario.
1. La cultura y la educación de las personas suelen considerarse como altamente deseables en los programas para el desarrollo cultural de la comunidad. Sin embargo, estas metas han tenido menos éxito de lo que hubiera podido suponerse. La razón es, en parte, que se han propuesto antes de que estuvieran dadas las condiciones para ello y en otros casos no se ha tomado en cuenta el potencial endógeno y al mismo tiempo no se ha trabajado en función de hacer que afloren esas potencialidades.
Las bibliotecas comunitarias no funcionan como se pensó que podrían hacerlo. Los círculos de lectura no han tenido el impacto en la población que se proyectó, pues no se ha relacionado con la lectura el acceso a mejores condiciones de existencia, a que esto también tiene que ver con el nivel de la calidad de vida.
Comentario: esto se debe a la aparente ausencia de beneficios tangibles de la cultura. Por eso se dice que antes de tratar de enseñar alguna cosa, hay que cerciorarse de que el nuevo conocimiento cubra una necesidad.
2. Introducir proyectos de transformación sociocultural sin considerar los criterios de los comunitarios impiden su desarrollo.
En general se ha comprobado que cuando los proyectos de transformación no son el producto de la participación y decisión de los comunitarios. El proyecto o programa comienza bien, después de pasado el momento inicial de saciar la curiosidad, comienza a producirse un descenso en la participación hasta que fenece la iniciativa.
Comentario: este caso indica la necesidad del estudio profundo de la realidad en compañía de los comunitarios, como parte de ellos, descubrir juntos las necesidades y las potencialidades que tiene la comunidad para entrar a solucionar el problema o al menos de participar activamente en función de solucionar los problemas identificados por ellos con la participación de promotores, investigadores.
3. Los sistemas de evaluación que se utilizan para verificar los impactos y la pertinencia de las alternativas para el desarrollo sociocultural comunitario.
En general los sistemas de evaluación son cuantitativos, por lo que la evaluación solamente considera los aspectos más formales descuidando lo significativo y al mismo tiempo, no se utiliza las bondades de la sistematización que puede contribuir a realizar las correcciones al proceso y a hacer más efectiva la gestión comunitaria.
Comentario: este caso indica la necesidad de someter a valoraciones críticas los instrumentos metodológicos que se utilizan para evaluar y por el otro lado incorporar la sistematización como otro de los momentos del proceso de gestión cultural comunitario.
Muchas otras son las experiencias en que la cultura se ve sometida a procesos de desarrollo comunitario y cambio donde se pueden valorar tanto su logística como las consecuencias positivas o negativas, los aciertos y los errores en el corto y largo plazo.
Estos casos planteados han de tomarse en cuenta como obligada enseñanza metodológica para saber comportarse en el ámbito concreto que nunca es igual al de otros casos. Hace falta madurez científica y auténtico testimonio social.
Para alcanzar un efecto multiplicador tendrán que analizarse las circunstancias y los recursos, el nivel de integración cultural prevalerte, la oportunidad de las acciones, su simultaneidad y sostenimiento para que la comunidad y el promotor-investigador resuelvan lo que debe proceder en el caso específico.
Una actitud comprometida, una dedicación frente a los factores culturales en el desarrollo cultural comunitario, suele garantizar el éxito cuando la población entiende que producen beneficio colectivo.
Lineamientos que propician la actuación objetiva y la congruencia estratégica cuando se desea la promoción cultural en el desarrollo cultural comunitario:
1. Conocer la realidad de forma directa, interpretándola integral y diacrónicamente bajo el enfoque interdisciplinario e interinstitucional con un sentido humanista, compartir este momento de la intervención con los comunitarios.
2. Promover la participación de los habitantes considerando su experiencia cultural, valores, motivaciones y la dinámica social existente.
3. Recoger y utilizar la información necesaria para diferenciar antes que homogeneizar a los grupos que forman la comunidad y contribuir a que se establezca el diálogo cultural comunitario como aspecto esencial de reconocimiento de lo que permite que los actores sociales se incorporen a partir de sus consideraciones, de su espíritu creador y dinámico lo que le propiciará asumir la diversidad de puntos de vista, criterios y consideraciones de los comunitarios.
4. Dedicar largas horas a la conversación con la población para reconocerla en su comprensión presente y deseos futuros, utilizar para ello todas las vías y formas de comunicación.
5. Predeterminar las reacciones y/o efectos del cambio cultural.
6. Ser tolerante y perspicaz.
7. Evitar trasplante de proyectos o programas sin consulta y aceptación y trabajar desde la comunidad interactuando con cada uno de sus miembros detectando la capacidad proyectiva, el nivel de comprometimiento con las acciones que se desarrollan y la satisfacción de las necesidades socioculturales.
8. Acabar con toda imposición, se tiene que proponer.
9. Entender y condescender con las creencias y tradiciones populares.
10. Trabajar en y con un equipo de colaboradores incluyendo a personas de la comunidad.
11. Reconocer los ambientes de liderazgo.
12. Definir funciones y límites al personal promocional ante la intervención cultural.
13. Actuar con firmeza y generosidad.
14. Guardar el secreto de las confidencias.
15. Evitar promesas y concluir tareas.
16. Valorar la resistencia cultural.
17. Concluir lo que se inicia.
18. Libertad para que la comunidad elija su ritmo de desarrollo.
19. Presentar alternativas de cultura que impacten y sean impactadas por el desarrollo comunitario.
Consideraciones finales
Se comprende que el impacto que la sociedad debe recibir de los promotores del desarrollo cultural comunitario se inscribe siempre dentro de los pilares del perfeccionamiento del trabajo sociocultural comunitario, por tanto, la presentación de propuestas debe hacerse sin que medie la descalificación y ser inspiradas bajo lineamientos éticos.
El promotor del desarrollo cultural de la comunidad en éste contexto, se hace solidario, forma parte del grupo y su actuación, cuando es sincera, le ubica como genuino partícipe de la estructura cultural como cualquier otro integrante de la comunidad, pero buscando curso de acción para hacer que la población viva con más calidad de vida.
Ante las ofertas culturales, los comunitarios y el promotor-investigador deben decidir lo que es aceptado o se rechaza, lo que hay que conservar y lo que se desea cambiar, el promotor-investigador tiene que actuar como un ofertante, un orientador que tenga como principio el reconocimiento, la ayuda y el desarrollo del hombre como individuo y del hombre como sociedad y que, a partir de éste principio norme su proyección. En la medida que otorgue de manera clara, sencilla pero sólida dicha posición, estará ejecutando su función dando a los demás un punto de vista a modo de referencia para ser mejor, y eso es bastante.
Interpretando el momento histórico, reconociendo que el desarrollo cultural de la comunidad tiene estrecha relación con los diferentes niveles en que se organiza y desarrolla la sociedad y que las condiciones que se promueven en Cuba favorecen éstos tres niveles de desarrollo.
Recordar el código formal de ética que orienta al antropólogo incorporado a un programa de acción reconocido desde 1946 por la Sociedad de Antropología Aplicada resulta importante:
Que el antropólogo aplicado asuma la responsabilidad de los efectos de sus recomendaciones sin pretender que sólo es un técnico a quien no interesan los fines a los que se dirigen sus resultados investigativos.
Que los medios concretos adaptados determinarán inevitablemente los fines alcanzados, por lo que estos jamás podrán ser utilizados para justificar los medios, y debe asumirse la responsabilidad total de las consecuencias éticas y sociales, tanto de los medios como de los fines recomendados o empleados que los antropólogos aplicados.
Reconocer la responsabilidad especial de utilizar su talento de tal manera que todo lo que ponga en movimiento sea para que produzca transformaciones en beneficio de los individuos y los grupos que conforman la estructura o tejido social de la comunidad o comunidades en las que desarrolla su acción.
El antropólogo aplicado debe poner el mejor cuidado en proteger a sus informantes, sobre todo en los aspectos confidenciales, recordar que la ética es una condición esencial del investigador-promotor, la clave de la confianza de los que entregan información y de quienes ponen en sus manos la posibilidad de trabajar por el desarrollo cultural de sus congéneres.
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